La videoinstalación, surgió como una excusa para arrebatarle al entorno, a mi casa, aquellos objetos que pudieran existir fuera del espacio en que se reservan.
Partí de la necesidad de no elaboración de nuevos objetos, sino de la apropiación de los que existen, para mirarlos con detenimiento e involucrarlos con otros, de modo que al relacionarlos, pudieran establecer lecturas menos dependientes a su simple forma y función.
La percepción comenzó a jugar un importante papel y la información contenida en su propia naturaleza, fue hablando de manera tal que comenzaron a construir otro espacio, otro significado.
Utilizo objetos y elementos mínimos, dos o tres cosas, siempre coinciden en su forma cúbica, se vuelven contenedores a partir de la idea de que cada uno de ellos es en sí un todo, una historia y un evento pasado, un hecho por acontecer. Aparece entonces la imagen como complemento, a través de pequeñas pantallas en las que el tiempo se hace movimiento y el medio tecnológico, se vuelve otro objeto, de la época, del acontecer cotidiano, como los objetos mismos.
Partí de la necesidad de no elaboración de nuevos objetos, sino de la apropiación de los que existen, para mirarlos con detenimiento e involucrarlos con otros, de modo que al relacionarlos, pudieran establecer lecturas menos dependientes a su simple forma y función.
La percepción comenzó a jugar un importante papel y la información contenida en su propia naturaleza, fue hablando de manera tal que comenzaron a construir otro espacio, otro significado.
Utilizo objetos y elementos mínimos, dos o tres cosas, siempre coinciden en su forma cúbica, se vuelven contenedores a partir de la idea de que cada uno de ellos es en sí un todo, una historia y un evento pasado, un hecho por acontecer. Aparece entonces la imagen como complemento, a través de pequeñas pantallas en las que el tiempo se hace movimiento y el medio tecnológico, se vuelve otro objeto, de la época, del acontecer cotidiano, como los objetos mismos.
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